En el año 2015 elegiremos un nuevo gobierno, que reemplazará al actual. Y debemos celebrar eso porque será un nuevo triunfo de nuestro sistema democrático.
Pero la conducción actual nunca se preocupó (en ninguno de sus 3 períodos constitucionales) por aplicar un Sistema para gestionar el Gobierno.
En una nota publicada recientemente (ver Artículos relacionados, más abajo) Rodolfo Terragno nos explica muy didácticamente que para reemplazar al gobierno actual en 2015:
- Es imprescindible detectar las tendencias políticas, económicas y sociales, para lo cual hace falta acumular datos, relacionarlos entre sí e interpretarlos.
- Es eso -dice- lo que permite anticiparse a los hechos,
- Y que luego habrá que perseguir consensos sobre planes específicos, dedicados en primer término a establecer la ortodoxia institucional, sanar la economía enferma con la que terminará este período, impulsar el desarrollo sostenido y redistribuir el ingreso. Planes, no expresión de deseos o huecas promesas electorales. Un plan es el detalle del “qué” y el “cómo”.
En el primer punto nos propone utilizar el análisis de los datos, herramienta clave de un sistema de gestión para poder analizar el funcionamiento y desempeño de los procesos y poder así tomar las decisiones adecuadas (6to. principio del Sistema de Gestión de Calidad).
Y los datos nos permiten anticiparnos a los hechos, como nos propone en el punto 2. Los argentinos ya nos estamos dando cuenta que no es bueno solo "ocuparse" de los problemas cuando suceden. Enfrentar los problemas con un Sistema de gestión implica primero tratar de evitarlos: usar el análisis de riesgos, la prevención, pre-ocuparse, anticiparse. Y -por supuesto- ocuparse si llega el momento, mitigar sus consecuencias.
Y por último, el tercer punto nos habla de la importancia de los planes (que en los últimos años fueron despreciados), definir el "qué" y "cómo" -según bien dice Terragno, pero también el "cuándo" y "con qué recursos".
Porque si no, volverá a pasarnos como ahora: nos falta desarrollo, equilibrio fiscal, petróleo, gas, energía eléctrica, tarifas realistas, trigo, vacas, consensos, dólares, reservas, inversiones, tener en cuenta las necesidades y expectativas de las Partes interesadas y muchas otras cosas más. Y -por otro lado- nos sobran improvisación, pesos, pagos con reservas, restricciones, soja, inflación, subsidios innecesarios, pobres, consumo innecesario, prepotencia, improvisación, negación de la realidad y muchas otras cosas.Tal vez no nos estemos dando cuenta que los sistemas de gestión también pueden ayudarnos a tener un mejor gobierno. Apostemos a que los políticos que vengan (además de Terragno) sean capaces de darse cuenta de su utilidad y los comiencen a usar para gobernar mejor. Estaría bueno.
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- El artículo de R. Terragno, publicado el 15 de setiembre de 2013 por el Diario Clarín
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